Fueron desvalijados los conventos de San Antonio y Santo Domingo, así como el Colegio del Cardenal, en el cual se alojaban las tropas. Ney se retiró entonces a La Coruña en lugar de seguir atacando el puente de San Payo y avanzar hasta Orense para destruir las tropas que estaban refugiadas allí, comandadas por el marqués de la Romana y por Noroña (Gaspar María de la Nava y Álvarez de Noroña, Conde de Noroña).